Esta es una de las versiones que más me gustan de la Meditación:
La violinista Janine Jansen nunca deja indiferente con sus interpretaciones.
Su dominio técnico la permita una afinación perfecta, un vibrato siempre adecuado y modelado al repertorio y unos arco expresivo y lleno de matices que crean grandes frases al servicio siempre del fraseo.
Una interpretación llena de emoción, en la que fácilmente podemos sentir e imaginar los dilemas a los que Thaïs debía estar sumida entre el hedonismo y la fe cristiana.
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