La Suite popular española de Falla para violin y piano


Las siete Canciones populares españolas fueron dedicadas a Ida Godovska, concuñada del pintor Jose María Sert, amigo de Falla.

En 1922 se publicaron con un gran éxito, difundiéndose con rapidez y dando lugar a muchas transcripciones. Las únicas que autorizó Falla son las que recogidas bajo el título Suite Popular Española:
  • para violín y piano, arregladas por Pavel Kochanski en 1925 y publicadas por Max Eschig

  • para violonchelo y piano, arregladas por Maurice Marechal. 
Ambas suprimen una canción (la segunda, Seguidilla Murciana) y alteran el orden original que queda así:  
El Paño Moruno, Nana, Canción, Polo, Asturiana y Jota.

Inspirándose en las diferentes regiones de España, las siete canciones que integran la colección, constituyen un conjunto equilibrado y homogéneo, una especie de mosaico en el que cada pieza se inserta precisa y armónicamente en la globalidad del conjunto.

Todas las canciones tienen la característica forma lied.

El Paño Moruno
Allegretto vivace.

Es una canción burlesca de Murcia, recogida, entre otros, por el compositor madrileño José Inzenga en su colección Cantos y Bailes Populares de España.
Falla toma la copla popular incorporando mínimas modificaciones y la acompaña con un garboso acompañamiento pianístico, que tanto en el staccato de cada nota, como en la rápida figuración arpegiada, imita al punteo y rasgueo de la guitarra. Este empleo imitativo guitarrístico es el germen de lo que cinco años después llevará a sus últimas consecuencias en la Fantasía Baetica para piano.

Nana
Calmo e sostenuto

Es una canción de cuna andaluza, cuya tonalidad original en la menor le confiere cierta reminiscencia oriental. El sutil acompañamiento en pp está formado por dos aparentemente sencillas líneas en contrapunto imitativo y una constante nota pedal hasta el final.
Sobre el origen de la melodía existen diversas y enfrentadas teorías. J. Paissa, biógrafo de Falla nos remite a la infancia de Falla: “es la primera música que oyó en su vida; antes de que se abrieran las luces de su conocimiento ya oía esta canción de labios de su madre”.

Canción
Allegretto

La melodía tiene su origen en los trabajos de Inzenga, concretamente el Canto de Granada, contenido en el monumental Ecos de España (1910).
Es un agridulce canto de amor oriundo de Granada, para cuyo acompañamiento Falla construye un obstinado  ritmo que culminará fundiéndose con la voz (el violín en este caso) en una brevísima coda.
En la segunda estrofa de las dos secciones, el solista y el acompañante dialogan en bello canon.


El Polo
Tempo Vivo

Es la más brillante y desagarrada del ciclo, por lo que Falla opta por dejarla para el final.
El autor mira de nuevo a Andalucía y al Cante Jondo. El folklorista Manuel García Martos sostiene que esta canción deriva de un aflamencado canto contenido en el Cancionero de Ocón.
El difícil acompañamiento pianístico vuelve a imitar a la guitarra con fuertes y pronunciados acentos que sirven de introducción al impactante quejío: “¡Ay!”. Todo en esta pieza es fuego y pasión, desde el ostinato rítmico continuo que sólo descansa en las dos pequeñas cadencias del solista hasta el último desgarrado “¡Ay!” Que culmina en fortissimo.

Asturiana
 Andante tranquillo

Después de la Nana, tras Murcia y Andalucía, Falla evoca la serenidad de Asturias.
Esta melodía aparece en la colección Cien Cantos Populares Asturianos publicada por José Hurtado, a la que Falla ya había recurrido para su Montañesa de las Cuatro Piezas Españolas para Piano.
Presenta una fusión perfecta entre texto, melodía y acompañamiento. Sin embargo Falla acentúa el poder expresivo de la melodía reforzando el acompañamiento con disonancias y notas pedales en quintas, en un suavísimo pp que sugiere la bruma y la melancolía norteña.

Jota

Allegro Vivo

No hay acuerdo en el origen del tema. Para muchos procede casi en exclusividad de la imaginación creadora de Falla, aún cuando mire en estilo y forma al prototipo genuinamente aragonés. Para M. García Martos la Jota podría tratarse de una versión modificada de un tema contenido en la recopilación de Albina.
Falla trata con gran maestría cada detalle de la agógica y la dinámica, en una copla de indescriptible belleza.


Con justicia, estas Siete canciones populares españolas forman parte del repertorio de tantos intérpretes en todo el mundo y constituyen una verdadera cima de la creación musical española.


Fuente consultada: libretos de iberaestudio

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